martes, 20 de noviembre de 2007

Una pareja de padel, pequeño equipo...



Formar una verdadera pareja de padel es una tarea ardua y difícil. Y aunque esté conformada tan solo por dos personas, “es un equipo”.
Una pareja no es solo la suma de dos individualidades. Lo que se busca es la sinergia que suma a las dos individualidades y que hace a la pareja mejor.
Hay pocos deportes en los cuales se juegue de a dos, al padel se juega siempre así, y creo que pocos tienen en cuenta que eso significa jugar en equipo (una pareja es la mínima expresión posible de un grupo, de un equipo). Jugar en equipo requiere a los integrantes que renuncien a sus intereses personales en la búsqueda de algo mayor, algo más grande, en donde el conjunto sea mayor a la suma de sus partes.
Esto se logra cuando la motivación por alcanzar el objetivo es compartido por ambos integrantes. Ser los mejores de la empresa, de la provincia, del mundo, ganar dinero, un torneo, un premio, una aparición en un periódico o en una revista, viajar, ganarle a tal o cual pareja, una superación personal… pueden ser algunos motivos suficientes para unir a dos personas.
Luego de esa motivación vendrá una planificación que nos permita llegar al sitio indicado en la forma precisa.
Y está claro que la conversación entre los integrantes del equipo deberá ser fluida, continua, constructiva, clara y sincera.
Juntar a los “mejores” jugadores individuales no me garantiza conformar una muy buena pareja, muchas veces ocurre todo lo contrario, simplemente porque ninguno se atiene a conformarse con un papel secundario, todos quieren ser protagonistas, y esto a veces es imposible.
Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil.
Tenemos que comprender que en esta búsqueda del éxito, compartiremos muchos momentos, tanto dentro como fuera de las pistas, con el compañero elegido y por lo tanto no solo podremos elegirlo por como juega, sino que tendremos que analizar nuestra afinidad fuera de la cancha.
Si analizamos a las mejores parejas del mundo, nos encontraremos con algunos estereotipos determinados en los jugadores de cada lado. Y esto se repite aún bajando en el ranking.

• Fernando Belasteguín-Juan Martín Díaz
• Seba Nerone-Cristian Gutiérrez
• Bebe Auguste-Gaby Reca
• Gastón Malacalza-Maxi Grabiel
• Roby Gattiker-Pablito Lima
• Miguel Lamperti-Matías Díaz
• Chema Montes-Mariano Lasaigues
• Willy Lahoz-Ramiro Nanni
• Raúl Arias-Marcello Jardim
• Fernando Poggi-Gustavo Prato
• Cutu Perez Millán-Gerardo Derito
En los jugadores de la columna de la izquierda se encuentran los jugadores que juegan de revés y en la otra columna, los jugadores que juegan de derecha. Acá solo hablaremos de cómo se complementan en la pista, dejando para otro momento, el análisis extra deportivo.
Casi todos los jugadores de revés, a excepción de un verdadero fuera de serie como Roby Gattiker, y un incansable Chema Montes, son altos, fuertes, con un smash de potencia increíble, muy buenos atacantes, grandes ejecutores.
Los jugadores de derecha, excepción hecha de Juan Martín Díaz que posee los mismos valores positivos que un jugador de derecha y su condición de jugador zurdo, hace que juegue con quien juegue, conforme prácticamente la mejor pareja del mundo, son muy similares en su concepto táctico estratégico de generar espacios, son grandes defensores, con ínfimos errores no forzados, pacientes y muy propensos a ceder protagonismo en favor del juego de sus compañeros.
La habilidad de todos ellos de saber que, vayan hacia donde vayan, tendrá que ser acompañados de quienes eligieron, para seguir un camino que no siempre terminará en victoria.

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