sábado, 5 de junio de 2010

Humilde o prepotente.





En las últimas semanas vengo escuchando de diferentes personas y en diferentes deportes, la conveniencia o no, de ser prepotente, osado o arrogante.
Se lo escuché decir al presidente campeón de la copa del Rey: “Con humildad no hemos ganado nada, con prepotencia y osadía, sí.”
Se lo escuché decir a varios foreros de padel.info con respecto a jóvenes promesas del pádel, que en su proceder eran arrogantes, prepotentes o carentes de humildad.
Lo escuché de varias personas adictas al tenis, opinando sobre Robin Soderling y su conducta, y a la vez, tienen como ídolo a John Mc Enroe.
Lo escuché en la NBA haciendo referencia a la actitud de ciertos jugadores de la pelota de color naranja.
Debo decir que estoy a favor de los arrogantes, osados y prepotentes, pero con respeto máximo del código de conducta que rige en los reglamentos. Muchas veces, lo que más se valora de un jugador para su elección, son esas condiciones que hoy se están criticando.
Dentro de una cancha no está mal tener una cierta dosis de arrogancia, osadía o prepotencia. Pero estoy en desacuerdo con los fanfarrones.
He visto desde sus comienzos a varios jugadores de pádel, que hoy son los mejores jugadores del mundo, actuar con desparpajo y osadía desde el primer momento. Ya se comentaba que llegarían lejos por su actitud y lógicamente, por sus aptitudes.
Por comentar solo un caso de aquellos días, Gaby Reca en su segundo partido de cuadro principal le “faltó el respeto” en la cancha a Hernán Auguste (hoy su compañero) y Maru Lasaigues, actuando de una manera tan audaz, desprejuiciada y carente de temores, que lo hicieron ser quién es hoy.
También quiero comentar que es muy difícil ser ecuánime, justo u objetivo cuando se opina sobre un familiar, un amigo, un ídolo o una persona cercana a nosotros por cualquier motivo. Se anteponen los lazos afectivos y quedan marginadas las verdaderas causas por las que estamos opinando.
El jugador debe jugar para cumplir con sus expectativas, con su camino, con sus sueños y no debe jugar para la tribuna, en ningún caso.
Lo dice claramente Pablo Milanés en su hermosa canción “Yo no te pido”: “que me importa la gente, si es que siempre van a hablar…”

Algunos términos utilizados en este texto según la Real Academia Española:



• Humildad: Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, y en obrar de acuerdo con este conocimiento. Sumisión, rendimiento.
• Prepotente: Más poderoso que otros… Qué abusa de su poder o hace alarde de él.
• Osadía: Atrevimiento (determinarse a algún hecho arriesgado. Faltar al respeto debido.), audacia, resolución (ánimo, valor. Poder de resolución: fuerza, vigor, capacidad, posibilidad, poderío).
• Arrogancia: Altanero (altivo, soberbio), valiente, alentado, soberbio (altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros), brioso (espíritu, valor, resolución), gallardo, airoso (que lleva a cabo una empresa con honor y lucimiento).
• Pedante: Dicho de una persona, engreída y que hace inoportuno y vano alarde de erudición, téngala o no en realidad.
• Fanfarrón: Que se precia y hace alarde de lo que no es, y en particular de valiente. Dicho de una cosa: Que tiene mucha apariencia y hojarasca.